Declaración de vida
Mathias Javier Striar Hernández tenía una sonrisa y una energía que iluminaba cada rincón donde iba. Ciertamente, nos iluminó y alegró la vida por 18 años. Valiente, fuerte, amable, reflexivo, único y sensible, Mathias se sabía profundamente amado. Igualmente, él mismo devolvía ese amor que recibía, especialmente a sus padres, Siri Striar y Francisco Hernández. Mathias falleció un miércoles 28 de octubre del 2020.
Mathias era sumamente curioso y poseía un fuerte compromiso con él mismo y con todos los aspectos de su identidad salvadoreña, noruega y judía. Estaba particularmente orgulloso de sus raíces salvadoreñas. Él y su familia disfrutaron de muchos veranos en Yucuaiquin, Skarnes, Knatten, Breivika y Oslo. Fue y es amado por una multitud de primos y familia dentro y fuera de los Estados Unidos.
Pero por sobre todas las cosas, Mathias amaba y admiraba a su hermano Emilio y a sus múltiples criaturas animales, por su vasto conocimiento sobre ellas. Seguía al equipo de béisbol de los Red Sox, le encantaba hacer cerámica y joyería, tocar la guitarra y especialmente cocinar alimentos saludables que su familia y novia, Lucy, disfrutaban. Ardo jugador de Scrabble, le encantaba ganarle a su tía y a su abuelo, Zadie, armando palabras rebuscadas, así como también términos curiosos y de dubitativa existencia con palabras de dos o tres letras.
Mathias era un joven aplicado y estudioso. Muchos de sus maestros le tenían un enorme cariño. Desde que comenzó el preescolar hasta el bachillerato, incluyendo las ligas menores deportivas hasta los días de verano en Fisher Beach [playa en Cape Cod] Mathias se ganó los corazones de quienes llegaron a conocerlo.
Mathias era un muchacho sonriente y extremadamente cosquilloso, así que era fácil sacarle esa risita tan característica que uno siempre anhelaba escuchar. Desde bebé tenía un brillo travieso y sentido del humor. Todos los que le conocimos tenemos buenos recuerdos de sus risotadas y de escucharlo hacerlo para sí mismo con una risita callada.
Injusticias sociales como la desigualdad, el racismo, discriminación, xenofobia e insensibilidad en el mundo causaban un dolor enorme en Mathias. Desde pequeño identifico estas disparidades que lo afectaron profundamente, sobre todo cuando estas estaban dirigidas a personas indefensas como George Floyd y los niños detenidos en jaulas en la frontera sur del país. Mathias era consiente que los recursos y oportunidades que poseía, otros no los tenían, siempre sintió que eso era injusto.
Para muchos individuos, las enfermedades mentales son curables, desafortunadamente para otros no. Con disciplina y constancia, nuestro Mathias hizo absolutamente todo, y más, para superar su enfermedad; sobre todo durante los últimos dos años. Mathias era consciente de su privilegio al tener acceso a todos estos tratamientos cuando otros muchachos de su generación no lo poseían. A pesar de estar muy agradecido por toda la ayuda y apoyos recibidos, el que otros no tuvieran el mismo acceso, le entristecía enormemente. Cuando escribió su ensayo para la universidad, habló sobre su inquietud de dedicarse a una carrera que les ayudaría a los jóvenes a abordar la crisis de las enfermedades mentales que padecen hoy en día. Nosotros fuimos testigos de cómo Mathias exhausto hasta el último recurso, y siempre admiraremos ese tesón con que cuido tanto su salud física como mental.
Orgulloso del trabajo de sus padres dentro de la comunidad inmigrante, particularmente con estudiantes indocumentados y sus familias, Mathias comunicó desde muy temprana edad sus convicciones de justicia, valor que únicamente se acentuó con el tiempo. Es por ello que invitamos a todos lo que quieran honrar la memoria de él, que por favor donen a la organización llamada Kids in Need of Defense, o KIND [por sus siglas en ingles] quienes están haciendo un arduo trabajo con los jóvenes inmigrantes en Estados Unidos.
Cuando pase esta pandemia, producida por el COVID-19, y podamos reunirnos una vez más, celebraremos y honraremos la vida de Mathias. Mientras tanto, nosotros, su familia, intentaremos vivir como él esperaba que lo hiciéramos: celebrando con familiares y amigos, fortaleciendo nuestro compromiso con las comunidades que apoyamos y enfocándonos en los infinitos recuerdos que tenemos de él, recuerdos que no solo nos sacan una sonrisa, sino que también nos hacen mejores personas.
Este homenaje a la vida de Mathias fue realizado en conjunto con su familia más íntima e inmediata: sus padres, su hermano Emilio, su Mormor, Zadie y Abuelita, sus numerosos tías y tíos, primos y una vasta comunidad humana y animal que lo aman profundamente.